¿Por qué Islandia?

El país es una maravilla natural. Nosotros volvimos encantados y volveríamos sin dudarlo. Nuestro recorrido duró 10 días, y pudimos visitar muchos lugares, todos con un encanto especial. Pero ahora desde casa seguimos buscando imágenes de Islandia, descubrimos lugares que o por falta de tiempo o de medios, no pudimos visitar… Sin embargo, una de las mejores vivencias no fue solo conocer un poquito el país, si no, los distintos seres humanos que nos fuimos encontrando por el camino, personas que hicieron de alguna manera que este viaje fuera tan especial, lugareños y viajeros como nosotros….En nuestra mente están las imágenes del paisaje, de la fauna,…pero también están las imágenes de Mati, nuestro casero en Reykjavík; del  matrimonio madrileño y su hijo que nos encontramos en el aparcamiento de Skaftafell; de las dos amigas londinenses con las que charlamos contemplando la lengua glaciar de Skaftafellsjökull; de Dexter, el neoyorquino que nos ayudó en nuestro camping de Lambhús y posteriormente reencontramos en la excursión para observar las ballenas en Húsavík; de una alemana enamorada de los caballos islandeses, que nos hizo de guía en nuestro paseo a caballo; de la pareja de alemanes con la que compartimos una agradable charla en la casa de huéspedes de Hvammstangi y fuimos reencontrando al día siguiente en las distintas paradas de nuestro recorrido; de Maria, la dueña de una cafetería en Hvammstangi, donde desayunamos,  la cual nos explicó la historia de su local  y su visita a España, concretamente, a Morón de la Frontera,  de la cual conservaba un gallo de porcelana, que tenía expuesto en su cafetería; de Claus, un alemán afincado en Islandia, que trabaja de cartero durante el invierno en Reykjavík y en un restaurante en Djupavík durante el verano, además de ser un gran fotógrafo…..Todo esto es nuestro recuerdo de Islandia, su belleza natural, salvaje y su gente, sus lugareños y sus viajeros…Esto es lo que nos enamoró del país….. lugares que o por falta de tiempo o de medios, no pudimos visitar…pero una de las mejores vivencias no fue solo conocer un poquito el país, si no, los distintos seres humanos que nos fuimos encontrando por el camino, personas que hicieron de alguna manera que este viaje fuera tan especial, lugareños y viajeros como nosotros….en nuestra mente están las imágenes del paisaje, de la fauna,…pero también están las imágenes de Mati, nuestro casero en Reykjavík; del  matrimonio madrileño y su hijo que nos encontramos en el aparcamiento de Skaftafell; de las dos amigas londinenses con las que charlamos contemplando la lengua glaciar de Skaftafellsjökull; de Dexter, el neoyorquino que nos ayudó en nuestro camping de Lambhús y posteriormente reencontramos en la excursión para observar las ballenas en Húsavík; de una alemana enamorada de los caballos islandeses, que nos hizo de guía en nuestro paseo a caballo; de la pareja de alemanes con la que compartimos una agradable charla en la casa de huéspedes de Hvammstangi y fuimos reencontrando al día siguiente en las distintas paradas de nuestro recorrido; de Maria, la dueña de una cafetería en Hvammstangi, donde desayunamos,  la cual nos explicó la historia de su local  y su visita a España, concretamente, a Morón de la Frontera,  de la cual conservaba un gallo deporcelana, que tenía expuesto en su cafetería; de Claus, un alemán afincado en Islandia, que trabaja de cartero durante el invierno en Reykjavík y en un restaurante en Djupavík durante el verano, además de ser un gran fotógrafo…..eso es nuestro recuerdo de Islandia, su belleza natural y su gente, sus lugareños y sus viajeros…eso es lo que me enamoró del país…..

PUFFIN……..¡¡¡QUIERO VOLVER A ISLANDIA!!!

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