1ª ETAPA: REYKJAVÍK


2 JULIO

Primera parada: el banco. Como hemos dicho anteriormente, en Islandia se puede pagar prácticamente todo con tarjeta de crédito, pero quisimos cambiar cierta cantidad de dinero en coronas islandesas. Lo más anecdótico de nuestra parada en el banco fue que pudimos tomarnos un café mientras esperábamos. En un rincón había una barra donde podías servirte tu café y mientras esperar tu turno.


Nuestra visita a la ciudad empezó por la iglesia de Hallgrímskirkja. Un edificio peculiar, e icono de la ciudad. Su diseño nos recuerda a las columnas de basalto tan comunes en todo el país. Frente a la iglesia se halla la estatua del vikingo Leifur Eiríksson, el primer europeo que llegó a America.



Después de tomar las fotos de rigor tanto de la iglesia como de la estatua, descendimos por la calle de Skólavörδustígur haciendo una parada en la librería Eymudsson y una pequeña galería de fotos. La calle está llena de tiendecitas de antigüedades, souvenirs, bares… 

De allí pusimos rumbo al lago Tjörnin. Este es un plácido lago situado en el centro de la ciudad donde se pueden contemplar distintas especies de aves. En el lago se encuentra el ayuntamiento de Reykjavik, Ráδhús, cuyos pilares de cemento se hunden en sus aguas. En su interior hay un mapa de Islandia en 3D.




A unas calles, se sitúan la principal catedral de Islandia, Dómkirkja, que comparada con Hallgrímskirkja es bastante modesta; y el moderno Alþingi (Parlamento) que se trasladó a este edificio de basalto en 1881. 

La plaza asfaltada Ingólfstorg destaca por su respiradero de vapor. En la plaza contemplamos alguna de las casas más antiguas de la ciudad. 

De allí pusimos rumbo hacia el puerto donde pudimos contemplar una serie de esculturas y uno de los edificios contemporáneos más fascinantes de Reykjavik, el Harpa. Harpa es un centro de convenciones y música, es la sede de la Orquesta Sinfónica de Islandia y de la Ópera de Islandia.



Siguiendo nuestro paseo por el puerto nos encontramos con la escultura llamada Sun-craft, es una escultura, una entre tantas que bordean el paseo que da al mar, pero ésta es de las más fotografiadas. Representa el esqueleto de un barco. Su situación de cara al mar y al Esja coronado de nieve hacen que su ubicación capte la atención de los visitantes.

Dando un paseo desde el Harpa de unos 30 minutos nos dirigimos a la zona de Perlan, la Perla en español, se trata de un edificio emblemático de la ciudad, situado en la colina de Öskjuhlíð, formado por unos enormes tanques de agua caliente y coronado con una gran cúpula. Es la sede del Museo de la Sagas. Lo más destacable es su mirador hexagonal que ofrece una impresionante vista panorámica de la ciudad y las montañas. Desde la terraza también pudimos observar un géiser artificial que estalla cada cinco minutos.

 

De aquí desandamos lo que habíamos recorrido pasando por un parque donde está el Museo de Arte de la ciudad y rumbo a nuestro piso en la calle Laugavegur. Una ducha y a cenar.

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